Hacía tiempo que no iba a ciclar por el Vivero. Bueno sí, he ciclado por allí pero por los caminos normales. Hoy ha tocado volver a ciclar los single tracks que bajan a la presa y que hace casi un año que no pisaba.
Había quedado con Jorge donde la sede del Ariz a las seis y media de la tarde y aunque en un principio la idea era ir al Mandoia con Tomas, este me ha comentado que iba a hacer carrera con Juan. Tambien le he comentado a Fernán, por si se podía escapar, pero al final no ha aparecido con lo que entiendo que le ha tocado cumplir su misión de padre responsable.
Para no ir hasta el Mandoia nos hemos quedado en el Vivero puesto que Jorge no conocía aun los caminos más interesantes del Vivero. Sí que es verdad que no es que sea yo el mejor cicerone que puedes tener para estas cosas pero nos hemos dado un pequeño repaso a la zona, aunque nos han faltado cosas por ver. Al final se nos estaba echando el tiempo encima y no hemos podido completar una vuelta más larga.